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[Pere]

Això és el que el Pino ha escrit directament des de l'ànima. Ho anirem pujant per capítols:

Titan Desert Almería 2024 - Etapa 1 de 4

Nos levantamos temprano. A las 06:00 AM toca “Diana”. Pero toque de Diana “literal”, pues desde el centro del briefing ponen una música altísima para despertar a todos los ciclistas y un speaker comienza un discurso motivacional.

Nos levantamos todos y rápidamente a desayunar. Hay nervios, hay muchas cosas que hacer. Hay que desayunar, vestirse, preparar la mochila de hidratación (obligatorio llevarla por el Reglamento de la carrera), recoger agua, el control de firmas, buscar tu cajón de salida…. Muchas tareas y prisas porque no quieres que se te pase ninguna.

Y ya estoy en la salida. Esperando que llegue mi hora de salir.





Cada 5 minutos sale un cajón. Y a las 08:25 llega mi hora.
El speaker nos da la salida y comienza esta aventura. Tengo sensaciones extrañas. Estoy inquieto, pero no nervioso. Esto ya lo he vivido antes, en la Titan Desert de Marruecos. Por este motivo, ¿porque voy a estar nervioso?. Me siento confiado. He desayunado bien. He entrenado. Conozco de que va esta historia. ¿Que puede salir mal…?

Me pongo en marcha y salgo como si no hubiera un mañana. La etapa son 100kms, pero son solo 1.000 metros de desnivel. Si eso lo hago yo en un rato cualquier día que cojo la bici !!! Bahhh… esto está chupado !!! Así que me pongo rápidamente con los de la cabeza del grupo y empiezo a darlo todo.

Vamos a mucha velocidad por las pistas que nos sacan de la ciudad y nos llevan hasta la playa y a bordear la costa almeriense. Reconozco el sitio. He estado allí de vacaciones apenas un par de años antes. Me resulta familiar. No hay nada que me vaya a sorprender.

Sigo a tope y a una media de 25km la primera hora. Y pienso que voy a llegar a meta antes de lo previsto y todo. Iluso de mi. No tenía ni idea de lo que me esperaba.

Así me planto en el primer avituallamiento. Una subida por asfalto muy roto. No apto para bici de carretera, a lo sumo, gravel. Unas vistas preciosas. Hago alguna foto



Como algo, alguna barrita, algún gel y algo de isotónico. Para ir sobrado, para cuidarme. Un amigo me dijo que guardara fuerzas para la etapa 3. Así que comí bien para que no fallara nada.
Y comienzo a bordear la costa desde la cima





Y luego a bajar hasta el siguiente pueblo. Bajada rápida, pista ancha, pero mucha piedra. Me cuesta seguir el ritmo de los de delante y prefiero dejar que se vayan. No quiero problemas.

Pienso… “ya los pillaré más adelante”. Otra vez… iluso de mi !!!.
Tras la bajada comienza otra subida. Y me comienzo a dar cuenta de lo “tramposa” que es la etapa. No tiene mucho desnivel, pero las subidas y las bajadas son verticales y eso me comienza desgastar y a apoderarse de mis fuerzas.

Me doy cuenta que esto no lo había entrenado. Y otros ciclistas van viniendo por detrás y comienzan a pasarme.
Y así, bastantes “piquitos” con lo que, en el km 40 me doy cuenta de la realidad,…. Me he quedado “apajarado” y no puedo seguir el ritmo ni de los de delante ni los de detrás y comienzan a pasarme ciclistas pidiéndome paso en los senderos.

Pienso… “Pino, calma, tu tienes experiencia y sabes cómo arreglar esto”.
Pero llega una bajada en un sendero y un salto. Los ciclistas de delante se detienen para bajarlo a pie. Y cuando me toca a mí, al intentar bajarlo mis gemelos se me vienen arriba y no puedo bajar ni la bici ni yo. Me tienen que ayudar. En ese momento me doy cuenta de que estoy mucho peor de lo que me podía imaginar.

Y comienza otro “piquito” hacia arriba. Ahora por sendero. Y no puedo. Cada vez que intento hacer un esfuerzo mis gemelos me avisan de que están allí y que no están para darme alegrías. ¿Que puedo hacer? Pienso que la he fastidiado y que no tenía que haber salido tan fuerte ni hacer las primeras subidas tan a saco adelantando ciclistas e intentando recuperar posiciones de los cajones de salida.

Mi moral está tocada. Pino, Pino… busca una solución!!! (Carlos, por Dios, trata de arrancarlo, como le decía Luis Moya a Carlos Sainz en aquel Campeonato del Mundo de Rallys).

Decido que lo mejor es esperar a llegar al otro avituallamiento. Recargar de sales minerales, beber mucha agua e hidratarme bien, algún gel, algunas barritas y poco a poco me iré recuperando.

Tenía que llegar a los últimos 40 kms que el Breafing del día anterior habían dicho que eran de bajada y sin dificultad. Así que me armo de paciencia, dejo que me adelanten todos los que quieran y me calmo pensando que este no es mi día y que ya vendrán días mejores. He fallado y punto. No hay que darle más vueltas. Voy a mirar de acabar la etapa lo más recuperado posible.



Cuando llego al avituallamiento, hago lo previsto. Me reincorporo pero no todo sale bien. La comida y la bebida no me hacen el efecto previsto y sigo con calambres y mi musculatura no chuta. Pero, por otra parte, la bajada prevista no era como yo me la imaginaba. Y era muy dura. La bajada era por las ramblas de los ríos, que claro al estar secos y no llevar agua en estos momentos se podía circular con la bici, pero claro…. ¿Quien circula entre piedras de río y arena que te hundía las ruedas de la bici?

Esta era la Titan Desert. No había arena de desierto, pero había otra arena que te obligaba a bajarte de la bici, a empujarla durante muchos metros y a estar subiendo y bajando de la bici constantemente. Un horror!!! Me lamento de estar allí. No me gusta para nada el terreno y menos mis sensaciones.

Y llego al tercer y último avituallamiento del día. Como ya me da igual y no tengo prisa… “ya llegaré”, vuelvo a beber y comer de sobra. Pero esta vez, sí que hace algo de efecto. Lo suficiente para “sin derroches” acabar la etapa.

El final de etapa no era ningún regalo. Había más ramblas, más piedras y más arena. Y cuando salía de las ramblas era para hacer otro “piquito”. Que ganas de acabar la etapa!!!.

Al final llego a meta, destrozado y con la moral un poco baja. Pero quedan tres etapas más. No tengo tiempo para lamentarme de algo que ya no tiene remedio. Lo que tengo que hacer es comer bien, dormir si puedo, descansar, cuidar mis piernas con algún auto-masaje y Fisiocrem, hidratarme a tope y esperar a que mañana sea un día mejor.

Al llegar a la habitación veo que mi compañero aún no había llegado. Había salido un cajón antes. Me extrañó. Al final llegó unos 20 minutos más tarde a meta, exhausto también.



Hablando con otros ciclistas, la mayoría coincidían en la dureza de la etapa y la “mala leche” con la que estaba diseñada. Pero yo pensaba, aparte de eso mismo, que en definitiva, así es el terreno de Almería. Y así es una Titan Desert y por eso ya lleva cinco ediciones.

Es la aventura de un reto como este y nadie te obliga a venir. Si quieres hacer una Titan tienes que estar preparado para sufrir. La satisfacción será más grande al acabarla. Porque pienso acabarla!!!
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[Pere]

Domingo, 6 de octubre de 2024
Titan Desert Almería 2024 - Etapa 2 de 4

Y empieza el día 2.
Tocan Diana. La misma música de ayer, pero el Speaker hace un discurso motivacional distinto. Me quedo con una frase que dice, “no te arrepientas si las cosas no te han salido como esperabas, piensa en toda la gente que le gustaría estar aquí y no es capaz de hacerlo, así que, tú que lo tienes al alcance de tu mano, no te rindas y aprovecha tu momento”.

Hoy cambió un poco el inicio de la jornada. No bajo a desayunar a la hora que todo el mundo, bajo un poco más tarde. No desayuno cosas que no desayuno habitualmente. Desayuno mi propia comida, la que me he traído. Decido que no tengo porque cambiar mis hábitos y costumbres por estar en la Titan. Que tengo que hacer lo que siempre me ha ido bien.


Voy a la línea de salida. Otra vez tengo un cajón de salida muy atrasado, pero es lo que hay por no haber hecho bien las cosas el día anterior. Asumo el coste. Llego con la hora más o menos justa. No voy a estar más tiempo del necesario esperando la salida. He hecho mis deberes. Lo que de mí depende. Me he hidratado bien, he dormido y he descansado. He comido bien. Hoy tiene que salir mejor!!! Pero claro, tengo dudas de si mis piernas pensarán lo mismo y si responderán bien al sobre esfuerzo de ayer.
Así que dan la salida y esta vez, salgo tranquilo. No pasa nada, tengo que ir viendo cómo responde mi cuerpo.

Comenzamos en subida, primero unos km de asfalto pero pronto se convierten en tierra. Mucha gente aún, lo que provoca alguna cola para circular en algún tramo. Seguimos subiendo un poco más, pero siempre por pista. Hay algo de arena y piedras, pero nada que ver con lo de ayer. El terreno está seco. Me preocupa poder tener algún “susto”. Pero poco a poco voy cogiendo confianza. Veo que mis piernas se encuentran bien. El grupo se estira y va quedando gente atrás. Y yo voy cogiendo confianza y voy cada vez más rápido, pero sin forzar más de la cuenta.





Y así, hasta que llegamos a Níjar. Y aquí comienza la clave del día. Una subida de unos 12 o 13 km. Me paro brevemente en el avituallamiento y cojo un par de barritas y un gel. Voy bien de agua y no necesito. No quiero perder el grupo con el que voy, me siento cómodo. Así que, aunque no es lo óptimo, comienzo la subida y como el ritmo es de muy despacio, (veo que tienen mucho respeto a la subida), me da tiempo a comer mientras pedaleo. Me como dos barritas.

Nada más acabarlas, me encuentro bien y veo muchos ciclistas como en una serpiente montaña arriba. Me pongo mi ritmo, sin exprimirme, pero más rápido que hasta ese momento. Mi grupo se queda atrás. Y comienzo a pasar ciclistas. Muuuuuchos ciclistas. Me anima ver que mis piernas responden. Y no me adelanta nadie. Y así, voy pedalada a pedalada, consumiendo km de ascensión y metros de desnivel. La etapa a de hoy eran 1.800 en 81 km.

Cuando quedan 5 kms para coronar, aunque me encuentro bien, aprovecho un pequeño descansillo para tomarme el gel que había cogido en el avituallamiento de abajo. Y sigo pasando ciclistas. En el último km de la subida adelanto a uno que “se me resiste” (jajajaaaa) e intenta pasarme, pero no lo consigue, lo máximo es ponerse otra vez a mi altura hasta que se descuelga.

Llego arriba con la moral alta. No me había pasado ningún ciclista en la subida y yo había adelantado a un montón. Era evidente que mi cajón de salida no era el que me tocaba y mi estado de forma, hoy volvía a ser el que yo conocía y esperaba para esta Titan Desert.

Aun así, no me confío, y en el avituallamiento de arriba, vuelvo a comer, a hidratarme y descansar unos minutos. Me doy cuenta mientras descanso que llegan ciclistas arriba que había sobrepasado y se lanzaban hacia abajo sin pararse ni un segundo. Me hace ver de nuevo y recordar el espíritu tan competitivo que tiene una Titan Desert.

Termino mi descanso y me pongo a bajar. La bajada es por un sendero muy técnico. En algún punto tengo que poner pie a tierra. Pero hoy me encuentro bien y paso los puntos complicados bien (los muy complicados, no, sigo sin ser un gran bajador!!!). Cruzamos un pueblo con unas pendientes hacia abajo muy pronunciadas. Llevo unas chicas delante y voy siguiendo su técnica y no pierdo su rueda. Ayer, estas chicas acabaron muy bien clasificadas, por lo que pienso que no son una mala rueda.

Así que voy con ellas y un chico de su mismo equipo un rato. Pero unos cuantos km más tarde me doy cuenta que estoy más fuerte y empiezo a tirar y se descuelgan. El chico aguanta. Vamos juntos por pista muy ancha. La pista se convierte en rambla, pero a diferencia de las de ayer, no había ni una cuarta parte de piedras y la arena era muchísimo más ciclable. Así que podemos ir rápido.

De pronto llegan un grupo de 5 ciclistas. Dos del grupo Cape Épic, dos del grupo Kh7 y un extranjero. Nos juntamos seis y seguimos bajando por la rambla. La velocidad de este grupo es altísima. A mí y al compañero del equipo Škoda nos cuesta aguantar la rueda bajando. Yo me esfuerzo por no perderla. Me van marcando las trazadas y “si ellos pasan, yo paso”. No tengo miedo bajando ni de la velocidad. Tengo claro que si aguanto toda la bajada, habré avanzado muchísimo.

Acaba la bajada, viene un giro a la derecha y nos encontramos con el tercer avituallamiento. ¿Pero cuál es mi sorpresa? Que no se paran!!!. Siguen adelante. En este punto decido que los dejo ir. Quedan unos 20 km para meta y ahora venía subida durante los 20 km. No demasiada, pero constante, con lo cual no voy a destrozar el día, estaba haciéndolo bien y no era cuestión de estropearlo. Así que yo paro, y aunque brevemente un minuto, me hidrato rápido, me tomo un gel y me pongo en marcha y como una barrita mientras pedaleo.

Decido que me voy a poner un ritmo hasta meta. Y ya llegaré. Estoy solo. Nadie por delante y nadie por detrás. Pero me encuentro bien, así que al cabo de unos km, veo que el chico del equipo Škoda está delante. Sigo a mi ritmo y le atrapo. Sigo pedaleando y al cabo de un poco más de tiempo observo que tengo a tiro a los del equipo Cape Epic. Y los alcanzo también a mi ritmo. Y un poco más adelante, veo al extranjero. Lo alcanzo también. Los del equipo KH7 no los veo hasta la meta.

Los otros al principio se ponen a rueda, pero pronto, decidimos que es mejor ir todos juntos hasta meta a un ritmo cómodo para todos. Y así lo hicimos.
La llegada era en Tabernas, en un circuito. A dos km de meta hay una subida de un km que pica bastante. Aquí nos separamos un poco y ya cada uno llega a meta como puede.


Cruzo la meta y hoy, con una gran sonrisa. Mi cuerpo y mis piernas han respondido y he podido estar a “mi altura”. Ni mejor ni peor, la mía. En la que yo disfruto y me siento cómodo.

La etapa ha sido más a mi medida, más desnivel, más prolongado (sin piquitos), pista rodadora para coger buena velocidad y menos técnica que la de ayer. Así que hoy, gran satisfacción !!!.

Ahora toca lo mismo, comer bien , descansar y a recuperarse del esfuerzo. Mañana toca la etapa reina y a ver qué tal va !!!.
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[Pere]

Titan Desert Almería 2024 - Etapa 3 de 4

Día 3 de la Titan Desert Almería. El día de la verdad. La etapa reina con la subida a Velefique. Como cada día, a las 06:00 AM suena la música para despertarnos y el speaker comienza a hablar. Hoy ha dicho que, si éramos capaces de subir a Velefique, desde allí veríamos a lo lejos el título de Finisher. Y era verdad !!!

Hoy era un día diferente. Teníamos que desayunar rápido. Un autocar nos esperaba para devolvernos a donde acabamos ayer la etapa, al Circuito Costa de Almería. La verdad es que desayunar tan temprano cuando la etapa daba comienzo hoy a las 09:00h, no me iba bien. Así que me he “cogido prestado” un bol y una cuchara del restaurante y me las he llevado en la mochila para volver a desayunar antes del inicio de etapa.

Como la bici ya estaba lista desde ayer y ya iba vestido de romano, solo he tenido que hacer el segundo desayuno y he tenido tiempo de calentar. He estado dando alguna vuelta con la bici por las pistas del circuito.




Y como ya tenía el cajón asignado (he subido un cajón, al 6 de 11), pues he llegado justo 10 minutos antes de comenzar.



La salida como siempre, muy emocionante. La verdad es que estos tipos de la organización lo hacen muy bien, y el tinglado que tienen montado es espectacular y emocionante. En fin, salida y todos los de delante, ¿a qué no te imaginas cómo? …. Exacto !!! A muerte !!! Yo he decidido que iba a repetir estrategia de ayer. Así que he salido a un ritmo inferior, colocándome cómodo sin adelantar gente, que son 98 kms de etapa y ya habrá tiempo de todo. Inicio entre asfalto y pista de tierra polvorienta, unos tres kms más o menos. Luego, ya camino de tierra. Pronto veo que voy calentando y casi sin darme cuenta, se van quedando corredores atrás y me voy enganchando a otros grupitos. Grupitos pequeños, pues el pelotón se ha estirado muchísimo desde el primer momento.


Y así, entre pistas de tierra y pistas de asfalto muy roto hemos ido haciendo los primeros km. Todos de subida. Pronto alcanzo a las dos chicas de ayer del equipo Škoda. Por un momento pienso que igual he avanzado muy rápido. Así que me quedo en ese grupo. Pero de pronto viene un desvío a la izquierda con un tobogán, me tiro y paso el primero. Oigo ruidos como si alguien se hubiese parado y taponado al resto del grupo. No miro para atrás y sigo. Me quedo solo. Me pongo mi ritmo y voy solo por pista. Sube y baja constante. Tramo rompepiernas para prepararnos para lo que venía.

Y bueno, pues así hasta el primer avituallamiento en el km 23. Era el avituallamiento antes de la subida. Iba bien. Llevaba una hora pedaleando y no tenía ni hambre y había bebido muy poco de mi bidón. ¿Que hago, me paro o no me paro? Como había pensado en repetir la estrategia de ayer, me paro. Un minutito o dos a lo máximo. Bebo un poco de agua, pido un par de barritas y como un gel. Y ala, …para arriba!!!. Repito lo de ayer, me como las dos barritas subiendo. Bajo el ritmo para poder pedalear y comer. Me alcanzan tres o cuatro bikers más y vamos subiendo. Ahhh…. Se me olvidaba, al entrar al avituallamiento, me salta el la aplicación del GPS y me indica que la subida son 29 kms y casi 1.400 metros de desnivel. Qué alegría!!! Jajajajaaaaa. Así que nada, calma y para adelante. En ese momento pienso en las subidas al del Turo de L’Home con la BTT y a las antenas y Santa Fe con la bici de carretera. Mentalmente estoy preparado. Solo tengo que pedalear a mi ritmo y lo voy a lograr!!!

Las primeras rampas son muy duras. Son unas rampas que me llevan al pueblo de Sese. Allí el track te hace callejear un rato y luego te saca del pueblo y comienza la verdadera subida a Velefique. Me paro un momento y aprovecho para hacer esta foto.



Otros ciclistas, 8 o 10 más o menos aprovechan para adelantarme. Me pregunta alguno si estoy bien !!! Es raro ver a un “Titán” haciendo fotos. Jaajajaaaa. Nada más ponerme en marcha de nuevo hay un fotógrafo de la organización, no sé si me habrá sacado una buena foto, me temo que no, no me lo esperaba y he coincido con varios ciclistas en ese momento.


La subida a Velefique yo la dividiría en varios tramos. El primero que comienza ahora es el más duro (con premio al final). La subida es constante entre el 10 y el 15% de desnivel. Yo me encuentro bien. He comido y bebido, voy controlando el ritmo y me pongo mi marcheta a entre 145 y 150 pulsaciones y voy para arriba. Como ayer, no me adelanta nadie. Voy alcanzando ciclistas, no tantos como ayer, pero…. Bastantes. La subida es muy pendiente y no puedo llevar una gran velocidad. Me pongo música y todavía me animo más. Veo la pista a lo lejos y veo muchos ciclistas. Pienso que no llegaré hasta ellos…. Pero poco a poco voy alcanzando a una gran parte. Es evidente que estaba en mi terreno, subida, mucho desnivel y muchos kms. Me doy cuenta de que tengo cierta ventaja, que soy consciente que la perderé cuando llegue la bajada y me pasen a izquierda, derecha, por arriba y por abajo, jajaaajajaaaa.


Y bueno, acabándose la parte más dura, viene la traca final. Más o menos un kilómetro, con unas rampas para romper las piernas. Meto todos los hierros que tengo y con tranquilidad y animado por la música, voy subiendo, eso si, lentísimo, lentísimo, lentisimo. Miro el GPS y veo el 17%. Levanto la vista y había más rampa y más dura. Uppsss…. Veo un primer ciclista subiendo a pie. Al principio pienso que es alguien que ha petado, pero no, más adelante, todos los ciclistas subiendo a pie. Miro el GPS y un 21%…. Madre mía, empiezo a notar que la bici se para y me cuesta mucho no poner pie a tierra. En este punto recuerdo mi subida a Angliru, donde estuve a punto de poner pie a tierra y no lo hice, pensando que igual no volvería a estar allí nunca y no quería tener el recuerdo de no haberla podido completar montado en la bici, así que…. Me aplico el cuento y me propongo no bajarme de la bici y llegar arriba. En ese momento miro de nuevo el GPS y marca 23%. Mi propósito empieza a flaquear. Pero aguanto a base de pundonor. Casi estoy parado y comienzo a hacer alguna “ese”, miro el GPS y un 25%. Parecía una lucha y entre Velefique y yo.

Velefique me estaba torturando subiéndome poco a poco el porcentaje de pendiente hasta que reventara. Y ese momento veo un tipo al lado de la pista. Pienso que si estaba allí es que la parte dura estaba a punto de acabar. El tipo me grita, vengaaaa, dale, que ya estás arriba, así, así, así, con la barbilla en el manillar y el culo en la punta del sillín!!! En ese momento flipo y dejo de pensar en el desnivel y me da la fuerza necesaria para concluir esta primera parte de la subida. Para mí la más dura.

Tras una breve bajadita, giramos a la izquierda y continuamos con la subida. Ahora la pista es más ancha y el desnivel baja al 7% aproximadamente. Lo más duro está hecho y ahora ya no podemos fallar.

Comienzo a tener hambre. Así que hago unos km de subida y me paro. Llevo una bolsita con dátiles y nueces, así que, tranquilamente me la voy comiendo y como si yo fuese un espectador, veo a ciclistas que había adelantado que vuelven a pasarme y se me quedan mirando. Es evidente que yo participo con otra idea de disfrutar diferente de la de la mayoría.


Reemprendo la marcha y como el viento esta vez sopla a favor, la velocidad es alta. Me alcanzan tres ciclistas y me rebasan. Intento ponerme a rueda. Su ritmo es más alto que el mío, pero pienso que puedo soportarlo. Tiramos unos kms y uno revienta y se echa hacia un lado. Trato de coger la rueda de los otros dos. Pasamos un cartel que indica que nos encontramos inmersos en el “tramo Strava”, y que quedan dos km.

Vamos tirando a más de 25 por hora subiendo, y a un km el de delante mío se aparta también Y nos quedamos un chico de barba espesa y alto y yo. Nos apretamos un poco y a unos 100m de la llegada frenamos. El intenta que yo pase primero y yo intento que pase el. Al final pasamos juntos. Fue divertido. El desnivel del 4% ya solamente y el aire a favor nos permitió darnos un “calentón” divertido. Al acabar el tramo Strava estaba el segundo avituallamiento. Un oasis !!!

Me paro en el avituallamiento y hago toooodo lo que tengo que hacer. Beber, comer, un pipi, descansar…. Como debo ser un bicho raro, la chica del avituallamiento me hace un reportaje que luego he podido ver en Instagram. Jajajaaaa. Debió ver que estaba allí cómodo y tranquilo y se fijó en ello.

https://www.instagram.com/stories/titandesertalmeria/3473615395375679638?igsh=cXk2aTNtb25wcmpw


El resto de ciclistas, o no paraban, o si paraban, paraban escasamente treinta segundos. Bebían agua montados en la bici, pedían una barrita o un gel y salían disparados. Efectivamente, aplican otro enfoque de la carrera distinto del mío. Ya no los vuelvo a ver hasta la meta.


Tras el avituallamiento, primero me hago una foto con el cartel del puerto de Velefique y ahora si, me pongo en marcha de nuevo, inicialmente por asfalto, por la carretera principal.



Aprovecho y hago otra foto de estas antenas al fondo, que en ese momento no sabía si el track nos llevaría hasta allí o no.



Tras unos kms de asfalto, desvío a la izquierda y pista de tierra otra vez. Es el tercer tramo de la subida. Este si, el más asequible, aunque aún quedan 12 o 13 kms aproximadamente. Pista aún más ancha que la anterior, desnivel del 2-3% y viento a favor en muchos tramos. Tras haberme avituallado me siento fuerte y voy tirando.

Soy consciente que llevo varios ciclistas detrás, pero ninguno me da un relevo. No me importa, me encuentro bien y sé que el final de la subida está cerca y no me importa gastar un poco más. Me lo estoy pasando bien, me estoy divirtiendo yendo tan rápido por la pista y en ese momento me invade un sentimiento interno de alegría y bienestar, de satisfacción y de sentirme un privilegiado. Es un Lunes de trabajo, y yo me encuentro bien de salud, estoy haciendo una carrera ciclista y tengo una pareja que me anima a hacer estas aventuras además de quererme mucho. Que más puedo pedir !!! Me siento fenomenal en ese momento.



Y bueno, pedaleando rápido, llegamos rápido arriba. Veo que la pista sigue… no sé hasta donde, pero el track me saca de la pista para meterme en un sendero que será el inicio de la bajada. Antes de tirarme hacia abajo, aprovecho y observo lo que tengo alrededor. Veo mucha calma y mucha paz a 2000 m de altura. Las vistas de las montañas no son las más espectaculares del mundo, quizás estoy condicionado por las vistas desde ls Dolomitas de este verano. En cualquier caso, me gusta estar allí y hago esta foto:



Y me tiro por la trialera para abajo. Previamente en este tiempo, dejo pasar a 15 o 20 ciclistas más. Que más me da!!! Si no les dejo pasar, me van a pasar por un lado o por otro. Les ahorro trabajo!!! Jajajaaaa.

La bajada es por una pista con mucha piedra de pizarra. Puedo ir algo más rápido, pero en ese momento pienso que no vale la pena, porque ese tipo de piedra podría romperme el neumático y estropear todo. Sin saberlo, al llegar al hotel me entero de que Luis Leon Sánchez ha roto su neumático y ha perdido la etapa y el liderato. Además, como dice mi amigo Linneo solo necesitas una piedra para caerte y yo no estaba buscando hacer tiempo. Así que bajo lo rápido que puedo, pero siempre desde el control.



La bajada se me hace larguísima. Eterna. Lo que habíamos subido había que bajarlo. Tan larga se me ha hecho que me volvió a entrar hambre y me volví a parar a tomarme un gel y beber un poco de mi bidón. Otro ciclista me preguntó que si estaba todo bien. Le extrañó verme parado en una curva.
Continué bajando hasta el final. Poca historia más en la bajada. Hasta que llegando al final, me pasan 6 o 7 ciclistas. Hay que joderse que me vuelven a pasar cuando hay un fotógrafo de la organización y seguramente tampoco podré disfrutar de una buena foto. Aggrrrr….


Pero rápidamente me doy cuenta que tengo que seguirlos. Conocía lo que me esperaba….. una rambla!!! Piedras y arena!!!. Asi que me tenía que agarrar a esas ruedas o se me haría eterno llegar a meta.
Hago un esfuerzo por no perderlos, arriesgo un poco más, la bici se mueve en alguna curva, pero aguanto el tirón. De pronto aparece el tercer avituallamiento, pero claro… para que van a beber o comer algo!!! Tiran para adelante sin parar y me veo en la obligación de no parar yo tampoco. Tengo bebida y comida, no es problema, pero la boca, de las sales minerales, me pide agua fresca. Pero nada, me quedo sin ella.


La bajada por la rambla es a muerte. Voy a cola, aguantando los latigazos en las curvas o en los tramos de arena. Veo que un chico también tiene dificultades y me tranquiliza. No me quedaría solo. Pero al poco, todos comenzamos a tener dificultades, varios corredores de delante se caen, y yo, como voy detrás, tengo algún segundo más para pensar y ver la trazada correcta y librarme. Poco antes, al salir del avituallamiento había un ciclista en el suelo sangrando y siendo atendido. No valía la pena arriesgar tanto.


Al final de la rambla, la cosa se calma. Quedaban 18 kms para meta y el recorrido, en los últimos, era el mismo de ayer, por lo que ya sabíamos lo que nos esperaba. Pista sin mucho que ver, por en medio del desierto de Tabernas, muy parecido a las pistas de los Monegros, así que entre relevos, vamos avanzando. En este grupo no había tan buen feeling como en el de ayer, pero bueno, hemos ido tirando hasta meta. Y final de etapa!!!. Una gran satisfacción haberla acabado y ahora si, a beber agua fresca, lavar la bici y dejarlo todo preparado para mañana, la etapa final !!!.

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[Pere]

martes, 8 de octubre de 2024

Titan Desert Almería 2024 - Etapa 4 de 4




Día 4 y último de la Titan Desert Almería. Hoy no hay ni musiquita suave para despertarse ni saludo del speaker. A tomar por saco. Hoy La Legión de Almería y sus tambores y trompetas nos han cantado el “quinto levanta, tira de la manta”.

https://www.youtube.com/shorts/4AF9hP-zJD0


La verdad es que llevaba despierto bastante rato y no me ha sobresaltado, pero tengo que reconocer que me ha sorprendido!!! El motivo de su participación es que hoy, la última etapa, se llama la etapa de La Legión, porque el recorrido va a transcurrir por parte de sus instalaciones y terrenos donde hacen sus maniobras en el desierto. Desde luego, como algo totalmente distinto de cualquier otra carrera, pues sí, lo es.

Hoy, lo mismo que ayer. Desayunamos rápido y cogemos nuestras cosas y nos vamos al autocar que nos lleva al Circuito de Almería donde están nuestras bicis. Llegamos a las 08:00 y la salida es a las 09:00, por lo que tengo tiempo de calentar un poco, aunque no mucho, porque hoy hace fresco. Como ya hice fotos ayer, pues hoy no he hecho, porque sería repetirlas, así que he estado hablando con gente y haciendo tiempo hasta que han abierto los cajones de salida. Hoy salía desde el cajón 5. Uno más adelante que ayer. Lo cual tiene su parte buena…. Pero también su parte mala.


El speaker comienza a animar con más énfasis y eso significa que estamos a punto de salir. Tengo algo de fresco y veo que algunos llevan manguitos. Quizás debía haberlos traído. Un minuto para la salida. Conecto el GPS, pongo el reloj en función deportiva, me monto en la bici y comienza la cuenta atrás, 3, 2, 1….. madre de Dios!!! Como coches de Fórmula 1 los ciclistas de delante mío salen zumbando por el asfalto del circuito.

Arranco en frío, me había quedado un poco fresco y veo que me cuesta pedalear. Tampoco es una novedad para mí, siempre me ha costado arrancar y salir rápido. Empiezan a pasarme ciclistas de los cajones de atrás, algunos pidiendo paso y otros no. Pronto se acaba el asfalto del circuito y comienza una pista de tierra, la misma de los últimos días, una pista un poco rota. Bajo con precaución porque hay mucha piedra y mucho ciclista “encendido”. Nada más acabar la bajada del circuito enganchamos por las pistas de tierra de los últimos días. Pistas de unos dos metros de ancho, con arena y piedras.



Hay que ir con cuidado, porque las piedras van saltando de las bicis de delante y se escuchan sus impactos en los cuadros. El polvo levantado por tantos ciclistas apenas me deja ver lo que llevo delante.
Me doy cuenta que me cuesta respirar, pero no es por el polvo, es porque voy a más de 150 pulsaciones. Voy lanzado intentando seguir algún grupo de ciclistas. Levanto un segundo la vista y observo que el pelotón se había estirado muchísimo. Todo el mundo iba a “muerte”. ¿Qué estaba pasando?. Pues que la etapa de hoy tenía más desnivel de bajada que de subida (De subida solo 850m) en 86 km por lo que todos pensaban que la etapa estaba chupada y que iban a llegar a meta a la hora del vermouth.


La previsión meteorológica de hoy indicaba mucho viento. Sobre todo a partir del mediodía, con rachas de hasta 52kms/h. Tenía que buscar un grupo para ir acompañado. Hoy no era día para ir solo o con dos o tres ciclistas más. Así que decido que tengo que seguir rápido y aguantar el tirón. La velocidad que llevábamos era de 30 km/h.

Me seguía costando aguantar, pero tenía que aguantar, tenía que seguir en el grupo, aunque gastase más energías de las que yo desearía gastar en ese punto. En el km 8, veo que el ritmo afloja un poco y pienso que “las fieras” también se cansan y por fin yo iba a poder encontrarme un poco más cómodo. Pero solo duró un kilómetro la calma. Siempre hay alguien en un grupo que está dispuesto a apretar más que nadie y tirar y dejarse todas las energías en un empujón. Así que otra vez a 30km por hora en una pista estrecha, con piedras y arena y con dos filas de ciclistas. De locos!!!.

Y claro, pasó lo que podía pasar. Un poco de arena me mueve la bici, me saca de la trazada, la medio enderezo pero la arena me vuelve a mover la bici hacia el otro lado, me salgo 30 cm de la pista, paso por encima de una piedra, me rozo con una planta y finalmente caigo.
Mierda, ya la he jodido. Oigo avisos de cuidado, ciclista en el suelo, pero nadie se para. Lo primero, sin moverme del suelo me autochequeo y veo que no tengo dolor fuerte en ningún sitio. Sí que me duele levemente en la frente y la parte alta de la nariz. El casco y las gafas me salvaron de golpear con la cara en una piedra. Tenía arena en la boca y un poquitín de sangre de haberme clavado el casco en la frente. Dos ciclistas amables que si se llegaron a parar me ayudan a reincorporarme. Me preguntan si estoy bien, observan que no era nada grave y me ayudan a montar de nuevo en la bici, me dan ánimos y se marchan.


Buahhh… otra vez a arrancar. Y ahora cuesta más, claro. Todo ciclista ya sabe que el día que te caes ya no eres el mismo. El miedo suele apoderarse de ti, al menos ese día. Comienzo a pedalear suave mientras me siguen pasando ciclistas. Me pasan ciclistas de todo tipo, más jóvenes, más mayores, más delgados y más entrados en kilos, hombres y mujeres. En ese momento pienso que eso es lo de menos y que voy a ver si puedo seguir. Qué más da hacer la etapa solo…. Si entreno solo la mayor parte de los días!!!. Lo importante era que me sintiese bien. Así que voy a mi ritmo y por suerte voy recuperando sensaciones buenas. Voy con cuidado, pero cada vez mejor.


Al cabo de unos km me veo un grupo de ciclistas de frente. ¿Qué pasa? Pues nada, que como van tan lanzados, si el primero se pasa el desvío del track, pues el resto también. Me uno al grupo y en la primera curva, una chica se sale de la pista. La esquivo. Seguimos. Un km más adelante, otro chico también se sale de la pista y no se cae de milagro. Madre mía, qué locura!!! Más adelante, otro grupo de ciclistas que también se ha pasado el desvío, vuelven de frente. Como yo voy a cola del grupo y ya voy con más cuidado, entro de los primeros en el desvío y casi sin quererlo había recuperado 25 o 30 posiciones.


Y ahora el terreno cambia. Es un terreno seco con constantes subes y bajas. Como he cogido cierta ventaja no voy rodeado de ciclistas y puedo trazar las curvas bien y con confianza y ganar algunos metros de distancia en las subidas. Los de atrás iban muertos en las pequeñas subidas por el esfuerzo realizado en llano. En un cambio de rasante veo abajo a un grupo de ciclistas parados. Estaban ayudando a un ciclista que estaba en el suelo. Este estaba más grave. No se podía mover. Tenía pinta de clavícula rota. Supongo que se lo tuvo que llevar la ambulancia porque a los pocos minutos oí las sirenas.


Bueno, y en este punto, para mí ya había pasado lo peor. Los de adelante estaban muy adelante y los de atrás pues ya se habían desfogado un poco, por lo que me encontraba en una parte que no había muchos ciclistas, la pista era favorable, terreno seco y bien ciclable y podía levantar la vista y observar lo que tenía. Así que decido que es momento de sacar la cámara y hacer alguna foto de las montañas desérticas:



Continúo un poco más abajo y me encuentro el parque de atracciones de Tabernas, o lo que sea aquello. Así que, me aparto un poco de la pista y vuelvo a sacar la cámara para hacer otra foto:



Y pasado el parque inicio una bajada por sendero hasta llegar al primer avituallamiento. Si te se iba la bici, te podías ir contra el avituallamiento. No creo que fuese el mejor sitio para ponerlo, pero bueno allí estaba. Al llegar, me pasa una cosa muy curiosa. Había dos chicos dirigiendo el avituallamiento, uno dentro y otro fuera del stand. Y el de fuera me empieza a hacer señales y a indicarme….. para abajo, para abajo!!! Obviamente no le hago ni caso. Y le digo, ¿qué pasa, ya quieres que me vaya antes de llegar? Jajajajaaaaa….. supongo que como no se paraba nadie, pues se había puesto a dirigir “el tráfico”.


Pero yo si me paré. Lo necesitaba y sobre todo, me apetecía. Pasaron 20 o 30 ciclistas. Creo que solo se paró uno a beber agua y salió zumbando. Yo me comí una barrita, bebí agua y cogí algo más para luego. Mientras estaba allí pasó Roger, mi compañero de habitación. Lo reconocí por el maillot y porque baja muy bien y lo vi bajar por la trialera que estaba delante del avituallamiento. Me preguntó que qué hacía allí. El esperaba que yo estuviese mucho más adelante, como cada día, pero le dije que estaba descansando y él siguió su camino.


Bueno, una vez descansado, me pongo en marcha y lo primero que observo es que la pista ha vuelto a cambiar. Ahora es una rambla. Por suerte es una rambla ancha y que era bastante ciclable. Me paro y hago alguna foto:



Me pongo en marcha otra vez hasta que llego a un cruce con una señal enorme en el suelo, de la organización, que dibujaba una X con unas piedras. Pues bueno, me encuentro a otros ciclistas de nuevo volviendo hacia atrás. No la debieron ver!!! Jajajajaaa. Yo paso por el sitio correcto indicado en el track y me uno a ellos. Veo que tiran bien. Y como la rambla está bastante ciclable, me siento cómodo y me quedo con ellos. Podría ir más rápido, pero me venía fenomenal ir a rueda aunque fuese un poco más lento. Iba acompañado y me marcaban el camino.



Vamos juntos hasta que llegamos al pueblo de Pechina. Allí había una pequeña subida y sin quererlo, me voy solo. Y así hago unos cuantos kilómetros hasta que llego al Cuartel Militar de la Legión.
La verdad es que no sé si vosotros lo habéis hecho alguna vez, pero es una experiencia ciclar con la bici por en medio de un Cuartel de soldados. Yo no había estado en un Cuartel desde que había hecho la mili. Y bueno, pues la verdad es que ver cómo te van animando los soldados mientras pedaleas, cuando menos, es curioso.


Al salir del cuartel comenzaba la subida del día. Hasta ahora solo habíamos bajado. Así que en algún sitio debía estar metido el desnivel. Y efectivamente, aunque hoy fuera el último día y la última etapa, no íbamos a dejar de tener nuestra dosis de trampas!!!. Así que un sube y baja por pistas en medio del desierto. Muy arenosas. Arena, finísima. Prácticamente polvo. Y montaña a los lados con vegetación baja. Me trae a la mente el recuerdo del desierto de Los Monegros. Me paro y hago estas dos fotos:





Continuo un poco más y de pronto veo un ciclista con el maillot de Roger, me acerco, y efectivamente es Roger, mi compañero de habitación. Me pregunta dónde está el avituallamiento siguiente. Le digo que a un km. Quedaban 26 para acabar. En ese momento pienso que lo mejor es que vayamos juntos y acabemos juntos la Titan. Al fin y al cabo hemos estado los cuatro días juntos, pero por nuestros ritmos diferentes, no habíamos pedaleado juntos. Los últimos 25 km eran una buena ocasión.

Nos avituallamos y seguimos con la subida. Como el terreno era rompepiernas, en las subidas yo me distanciaba un poco, no mucho, y en las bajadas el aprovechaba y hacía lo mismo. Al menos íbamos juntos. Ya estábamos cerca de meta.

Al acabar la gran subida del día, pista anchísima hacia abajo. Roger se pone delante y me marca la velocidad y la trazada. De vez en cuando me venía a la cabeza la idea de que mi cupo de caídas del día ya estaba agotado, así que quería ir con precaución, pero la pista invitaba a ir muy, muy, muy rápido. Además estaba en mi mejor momento del día. Me encontraba fuerte. La pesadez de las piernas que noté los primeros 40 km se había ido. Así que, me puse a disfrutar dándole algún relevo y haciendo algún “campo a través” cuando la huella del track no era fácil de seguir. Fue un momento brillante. Íbamos a toda leche disfrutando del recorrido y sabiendo que teníamos “el Finisher” a 10 km. Qué guay.

Peeeeero…. Para ser un Titan tienes que estar preparado para superar “trampas” del recorrido hasta el último momento. Así que cuando nos las prometíamos felices y ya bromeábamos, el recorrido nos lleva paralelo a una autopista y nos hace recorrer una serie de toboganes bastante pronunciados.

La verdad es que eran divertidos, pero tenían su complicación, las bajadas de los toboganes (20 metros de bajada más o menos) había que hacerlas con algo de cuidado, porque tenían sus piedras y la pendiente era pronunciada. Pero al mismo tiempo, había que hacerlas con cierta velocidad, porque tal y como llegabas abajo, el tobogán se convertía en subida, con la misma pendiente, con piedras y arena, por lo que si te quedabas en medio, tenías que poner pie a tierra y subir empujando la bici.
Yo fallé en el primero. Me equivoqué con el cambio y metí demasiado hierro. Roger lo hizo perfecto. Tan perfecto que lo perdí para el resto de toboganes. Unos tres km aproximadamente de toboganes. El resto de toboganes los hice bien y me lo pasé “teta”. En las subidas, o subía o rompía la cadena, apretaba a tope. Por suerte la cadena aguantó mis zapatillazos y mis piernas estaban a tope de fuerza. Estaba totalmente recuperado!!!.


Cuando se acabaron los toboganes quedaban 7 km para meta. Allí estaba el tercer avituallamiento del día. ¿Me paré o no me paré?. Por supuesto, me paré. No vi a nadie más que lo hiciera, jajajajaaaa. Parada breve, agua para dentro del cuerpo y agua para la cabeza, el pecho y la espalda. Vamos Pino, que solo quedan 7 km!!!.


Peeeero… aún quedaba una trampa más. Otra rambla. Hasta el mar. Piedras y arena como las del primer día. “Cagontó”. Pero esta vez, y a diferencia del primer día, yo estoy a tope, estoy que me como la arena y las piedras. Me pongo a adelantar ciclistas y no hay arena ni piedra que me detenga. Además Roger está delante, se había ido y yo quería llegar a meta con él (no sé si él pensaba lo mismo). Como voy a tope, al final lo alcanzo. El baja mejor que yo y tiene mucha más técnica, pero yo tenía en ese momento las piernas a tope. Lo saludo y lo paso. A él y a otro ciclista. Y sigo tirando, voy encendido.


Llegando a la playa me encuentro a un ciclista que había saludado al principio y que iba en el grupo antes de caerme. Charlamos y reímos un poco del final de etapa y de que, para ser un Titan hay que asumir este terreno y un grado de esfuerzo máximo hasta el último metro.


Llego a la playa, quedan un par de km para llegar a la meta. Miro lo que tengo delante y me parece ver otra vez a Roger. ¿Pero cómo ha llegado allí si iba detrás mío? Comienzo a apretar todo lo que puedo. Me cuesta, pero lo alcanzo a 300 o 400m de meta. Le pregunto y me reconoce que ha acortado. No sé por dónde, pero había acortado. Aprieto y le saco unos metros de distancia hasta que llego a la recta de meta. Aflojo y le espero para entrar juntos. El viene apretando a tope y arranco, yo paso el primer punto de lectura de chip de meta media rueda por delante y él pasa el segundo punto un metro delante mío. Me hubiera gustado entrar juntos los dos, pero…., en otra ocasión será.


Aunque el cronómetro ya está parado, había que seguir 500m más para llegar al recinto donde estaba la entrada de meta y pasar por la meta formal y que te hagan entrega del preciado y luchado trofeo que te identifica como un Titaaaaaannnn!!!
Y aquí acaba esta aventura.
Nos hacemos alguna foto juntos y alguna individual y a disfrutar con el resto de titanes de nuestro logro.












Espero no haberos aburrido mucho con mi historia y hasta la próxima !!!
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