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SEVILLA - SANTIAGO DE COMPOSTELA
NOVENA ETAPA
16-08-2002
MOMBUEY - A GUDIÑA
DISTANCIA: 87,1 km.
100,7 Km. recorridos a 13,2 de media.
Por una pista se llega hasta San Salvador de Palazuelos. Aquí doy alcance a mis tres compañeros caminantes que salieron de madrugada. Ellos me hicieron la foto en el campanario de escalera exterior.
Aquí posan los tres en el interior del campanario. A partir de aquí seguimos ellos a su ritmo caminando y yo al mío, pedaleando.
En ocasiones las sendas coinciden con tramos de calzada romana como en este pequeño puente sobre un riachuelo. Las señales son escasas, máxima atención para no despistarse. Se atraviesan pequeños y pintorescos pueblos con fuentes de buen agua fresca.
Perfil monumental de Puebla de Sanabria. Subir hasta allá, por las empinadas calles, cuesta lo suyo.
Merece la pena el esfuerzo, en la bonita plaza se celebra un mercado medieval con productos y vestimentas de la época, ciertamente muy bien ambientado.

Se continúa un buen tramo por carretera, la N-525. A pesar del arcen me salvé de milagro, tirandome a la cuneta, ante un energúmeno que venía de frente a toda velocidad, inavadiendo el sentido contrario, con dos ruedas levantadas y sin frenar. Al final no se la pegó pero el accidente pudo ser muy grave.

Las casas de Requejo nos recuerdan que estamos próximos a Galicia.

Subí el Padornelo a paso cansino por la carretera y comí un buen menú en un hostal justo después del puerto. La bajada hasta Aciberos por una difícil senda es muy complicada con la bicicleta cargada a tope. Mejor por la carretera.

El pobre borrico soprta el calor con resignación.

Después de Lubián se llega al santuario de la Tuiza. A partir de aquí las señales me llevan por una senda que se convertiría en una torrentera inhumana y que se prolongó hasta coronar el puerto de A Canda. Continué con la vana esperanza de cruzarme con alguna pista, pero me tocó arrastrar durante horas la pesada bici, sorteando peñascos y zarzas. No sé como conseguí subir.

¡Al fin arriba! Se acabó el suplicio. No podía creerlo y no podía con mi alma. En la guía indica el enlace con una carrtera abandonada que no apareció nunca.

Sin pensarlo, la opción correcta es subir por la carretera general.

 

Estuve viendo los aerogeneradores durante toda la subida, ¡que ganas tenía de verlos tan cerca!

Ya estoy en Galicia.

Me alegró recibir una llamada de Pepe interesandose por mi suerte.

 

Derrotado como estaba, no me molesté en coger la pista de bajada, ya había tenido bastante. Hice toda la bajada por carretera hasta A Gudiña, pues tenía referencia de un buen refugio. Ciertamente así fué. Proteción Civil se encarga de entregar la llave de un flamante, enorme y bien equipado refugio y además para mi solito.

No volví a coincidir con nadie por el camino.

Buen menú en un restaurante y hasta el día siguiente.

 
 
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